marzo 2023
Marlery Sánchez

Darian Bárcena Díaz
Diario Mayabeque
Sin duda alguna, los trabajadores más veteranos del Centro Nacional de Biopreparados (Biocen) recuerdan, con especial nitidez el silbato que durante algunos meses acompañó a Jeannette Pírez en las inmediaciones del área de Revisión. Y aunque el artilugio cumplió su propósito como símbolo de disciplina y orden, el liderazgo nato de esta “biocenera” se fue labrando camino, con la constancia que la caracteriza para distinguirla como una mujer abnegada, vinculada a investigaciones con un impacto real en la salud de la gente.
Madre de dos hijos, científica consagrada, es una muestra fehaciente de la inconmensurable valía de las féminas cubanas y de su aporte significativo a la construcción colectiva de un país mejor. El 8 de marzo último, recibió, junto a sus compañeras, el reconocimiento de Biocen, un lugar en el que se ha asentado para crecer y hacer crecer a otros, en franca alusión a que todo ser tiene el deber moral de contribuir, cómo pueda, a la formación de los demás.
“Soy una mujer realizada. Tengo dos hijos y mi familia, que para mí son lo primero y amo mi profesión. Puedo asegurar que Biocen me ha permitido un crecimiento constante, desde que comencé el 21 de noviembre de 1988. Aquí he asumido distintas tareas.
“Primeramente, con el objetivo de prepararnos en la producción de medios biológicos, se enviaron compañeros a capacitarse en diferentes instituciones, que sirvieron de base a nuestra formación y posterior desempeño. En estos centros pudimos observar y participar en la fabricación de diferentes productos de la industria biotecnológica y entrenarnos para enfrentar nuestras propias producciones.
“Comencé en Biocen como técnico en la Planta de Llenado-Liofilización. Integré el grupo de producción de la Vacuna Antimenigocócica. Posteriormente, nos dimos a la tarea de la puesta en funcionamiento de la Planta de Llenado-Liofilización. Una vez lista la planta, desempeñé el puesto de jefa del área de Revisión.
“Recuerdo que éramos todas muchachas muy jóvenes y la mayoría nos enfrentábamos por primera vez a la vida laboral, por lo que a veces me resultaba difícil mantener la disciplina, con las exigencias que conlleva un área como esa, entonces se me ocurrió llevar el famoso silbato, para llamar la atención y avisar al colectivo de los diferentes horarios. Aquello no duró mucho, pero cumplió su objetivo”, sostiene, entre risas, la investigadora.
“Pasado el período de mi primera licencia de maternidad, me incorporé al Grupo de Inspección, en la dirección de Aseguramiento de la Calidad (función en la que me mantuve durante 23 años). En 2006, como estrategia para la superación de los trabajadores, fui seleccionada entre cuatro se seleccionaron 4 compañeros para cursar carreras universitarias. De ese modo, me gradué como licenciada en Ciencias Farmacéuticas y me mantuve en el Departamento de Inspección.
“También cursé la maestría en Tecnología y Control de Medicamentos. Actualmente trabajo como Especialista en Organización de la Producción, en la Planta de Medios de Cultivo y Trofin. En estos momentos se desarrollan diferentes productos, lo que nos motiva a seguir aprendiendo e incorporando nuevos conocimientos y consolidando los que ya poseemos. Por eso, digo en cualquier escenario, que Biocen es un lugar de crecimiento”, concluye.
Esta profesional ha encontrado en la ciencia, un modo de servir a su país y sigue, en medio de todas las dificultades que nos golpean, apostando por la felicidad colectiva. Detrás del microscopio, a lo interno del hogar o en cualquier escenario, Jeannette Pírez siente orgullo por su condición de mujer cubana, esa a la que debiera levantársele un monumento, cuando se habla de entrega y de creatividad.
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