mayo 2021
Marlery Sánchez
Se le atribuye al célebre emperador francés Napoleón Bonaparte un anatema que reza: “la estatura no se mide de los pies a la cabeza, se mide de la cabeza al cielo”. Si atendemos a las palabras del perdedor en la Batalla de Waterloo, el doctor en Ciencias Alexis Labrada Rosado sería émulo del gigante Polifemo.
Con el director de Investigación y Desarrollo del Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) conversó Diario Mayabeque sobre uno de los proyectos que él dirige y que recibiera hace unas horas el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba 2020: Avances en la caracterización inmunobiológica, molecular y clínica de los alergenos de Blomia tropicalis
“Como su nombre lo indica el Blomia tropicalis es un ácaro propio de zonas tropicales y climas húmedos. Es una especie relativamente nuevo, desde el punto de vista del conocimiento científico que sobre él se tiene. El premio resume varios artículos científicos e investigaciones, realizadas en colaboración con dos casas de altos estudios latinoamericanas: la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y el Instituto de Investigaciones Inmunológicas de la Universidad de Cartagena (Colombia), con la Universidad de La Habana y, además, con el Hospital Calixto García y los servicios de alergia del Ministerio de Salud Pública (Minsap), señaló Labrada Rosado.
Refirió, además, que la novedad de este trabajo radica en la caracterización de los alergenos del ácaro alergénico (Blomia tropicalis). Respecto a Blomia tropicalis nuestro país fue el primero en el mundo en contar con una vacuna terapéutica registrada (Valergen-BT) e introducida masivamente, cuya plataforma tecnológica ha constituido la base de los avances actuales en el marco de este resultado.
“Combina conocimientos básicos de biología, biología molecular, bioquímica, evaluaciones en modelos animales (incluyendo algunas variantes de una nueva vacuna que estamos desarrollado para el tratamiento del asma) y resultados clínicos, que se derivan de ensayos clínicos que hemos realizado en Cuba. Todos esos logros aportan nuevos conocimientos sobre las características de la enfermedad alérgica producida por este microorganismo, que se distingue de otros, por la severidad del asma que provoca, y que guarda una relación estrecha con propiedades bioquímicas de esos alergenos que han sido evaluadas por métodos modernos, empleando, incluso, modelos animales transgénicos y, de esta manera, hemos evidenciado las características de respuesta inmunológica hacia esas moléculas alergénicas”, detalló el especialista.
Desde 2013 el grupo dirigido por Labrada y conformado por 13 investigadores y 33 colaboradores, han venido trabajando sin descanso para conocer al detalle las particularidades de un peligroso productor de alergias.
-Doctor, hablando de reconocimientos, usted es coautor del proyecto Uso de la Biomodulina T desde un escenario preventivo, para el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba, que fuera galardonado hace unos meses con el Premio a la Innovación Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma)…
-Sí. De conjunto con la doctora en Ciencias Mary Carmen Reyes Zamora y otros colegas concebimos esa iniciativa. La Biomodulina T es un producto de los más importantes que produce BioCen, que tiene todo un camino recorrido de casi 20 años dentro del sistema cubano de salud.
“Hace unos cuatro años desarrollamos un proyecto para expandir las aplicaciones clínicas del medicamento, basadas en ensayos clínicos y, al mismo tiempo, conocer más a profundidad sus mecanismos de acción, puesto que faltaba en aquel entonces —y aún hoy— al respecto.
“No obstante, sobre la base de publicaciones y estudios científicos bastante recientes, fue posible basar científicamente el posible funcionamiento de la Biomodulina T en el reforzamiento de la defensa de la inmunidad contra cualquier infección viral de forma general, pero, más específicamente, contra el SARS-CoV-2. Desde BioCen teníamos un ensayo clínico en VIH, que está en ejecución en estos momentos, y existía una experiencia clínica en el uso de este producto como inmunorestaurador en pacientes de la tercera edad. En base a esos elementos, fue que se decidió presentar el medicamento con un carácter preventivo, principalmente, aunque no excluye posibilidades terapéuticas en una etapa temprana de la enfermedad.
“Esa idea encontró respaldo en el sistema de salud. En los pacientes de la tercera edad ocurre un proceso de inmunosenescencia; o sea, un envejecimiento de su sistema inmune, haciéndolos vulnerables a distintas enfermedades. Y pudimos comprobar que la Biomodulina T refuerza ese sistema inmune, ayudando a que exista una mejor respuesta inmunológica”, concluyó Labrada Rosado.
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