abril 2023
Marlery Sánchez

Por Yanel Blanco Miranda
Juventud Técnica

Con solo 24 años, Enmanuel Mejías ya sabe que su vida profesional está ligada al Centro Nacional de Biopreparados (BioCen). Este joven que se desempeña como técnico medio en procesos industriales, piensa que “trabajar en un centro de investigación es lo máximo”.

Llegó a BioCen por embullo, pues un vecino fue quien lo incitó a que aplicara a una de las plazas libres. En esa oportunidad lo rechazaron y aunque la negativa lo afectó, volvió a intentarlo.

“La segunda vez fui directo para la planta de envases y me aprobaron. Ya llevo cuatro años aquí y no pienso irme”, afirma Enmanuel.

“Lo que más me gusta es la planta donde estoy. Ahí se realiza todo el envasado de los productos y el embalaje final. La imagen del centro está en nuestras manos y por eso hay que tener mucho cuidado.

“Aunque la mayoría de las máquinas son automáticas, debemos estar pendientes de ellas. Por ejemplo, en la de etiquetado hay que fijarse que la etiqueta esté bien puesta, que los números no queden borrosos”.

Pese a que está feliz con lo que hace, al joven le gustaría trabajar en la planta de llenado aséptico. “Siempre es bueno cambiar de aires porque caes en un bucle y es la misma rutina. No es algo que tengo pensado para ahora, pero sí como un proyecto a futuro”.

Al recordar la etapa de la COVID-19, Enmanuel reconoce que fueron tiempos difíciles. “Todos estábamos asustados, pero fue cuando más actividad tuvimos en BioCen. Veníamos hasta los fines de semana y no solo por el salario. Había que salvar a los que estaban fuera. Aquí produjimos la vacuna Soberana y eso fue importante porque iba para los brazos de las personas”.

Por su parte, Leonardo Valdés lleva ocho años en BioCen. Graduado de técnico medio en Agronomía, empezó allí como jardinero.

“A los tres meses ya trabajaba en la planta de Medios de cultivo, en el área de bases nutritivas. Al principio era operario, pero fui superándome y ahora ocupo la plaza de técnico biofarmacéutico.

“He desempeñado varios trabajos en el centro. Durante la COVID-19 estuve relacionado con el BTV que es el medio de transporte para virus. El país no tenía dinero en aquel entonces para comprar esos medios de cultivo en el exterior y fue una cosa maravillosa hacer el nuestro en diez días.

“Fue una época dura. Lo mismo terminábamos a las tres o cuatro de la madrugada y al otro día empezábamos a las seis u ocho de la mañana. Nos daban las gracias al acabar, pero ese era nuestro objetivo: salvar vidas”.

Leonardo asegura que no puede estar de brazos cruzados siempre que haya algo por hacer. “Me molesta ver a la gente ociosa. Soy una persona inquieta y tengo que estar ocupado.

“Los técnicos debemos aprender muchas cosas y saber un poco sobre cada área del centro. Al final, el poder aportar en nuestro trabajo es lo que nos llevamos”.